Chris Harman, marzo de 1988
El carácter de la sociedad rusa es una cuestión clave para todos los socialistas. La segunda potencia mundial se jacta de ser la encarnación de la visión socialista, y es ampliamente aceptada como tal. Durante décadas los socialistas de Occidente y del tercer mundo dieron por sentado que los dirigentes rusos estaban de su lado y que cualquier crítica a Rusia te situaba en el bando “anticomunista”. Por otro lado, el argumento simplista de los que se oponían al socialismo revolucionario aún es “¿Qué me dices de Rusia?” o más burdamente “¿Por qué no te vas a Rusia?”.
Y sin embargo, sabemos hoy en día que los males contra los que luchan los socialistas en todas partes del mundo se dan también en la sociedad rusa. Seguir leyendo Introducción a la edición inglesa